jueves, 4 de marzo de 2010

Fragmento.

En cierta parte, se recuerda una historia, que no se dice si es real o imaginada: Se trata de un príncipe que es llamado a un reino para aprender su arte. Ahí, conoce a una de las damas de la corte, de quien se enamora profundamente. El príncipe jura amor eterno y fidelidad por la dama en una capilla solitaria. La dama resulta ser la princesa. Cierto día la princesa desaparece del castillo: es raptada. El príncipe jura entonces encontrar a la princesa y desposarla. Sin indicios de a dónde ir, decide seguir el rastro que dejan unos mercaderes. De esa manera cruza cuatro montes, cuatro valles y cuatro aldeas. En cruzar cada valle tarda un año. El primero de los valles es Esperanza, el segundo es Fidelidad. Al llegar al tercer valle, el príncipe que ahora es caballero es persuadido de buscar el Grial. Al llegar al valle de Desasosiego, encuentra a la princesa, que ahora reina junto a un príncipe oriental. Su reino es extenso y rico, y sus gobernantes sabios. El caballero, pobre como lo exige la regla de la orden, visita el palacio real y se pone al servicio de los reyes. La princesa parece no haber cambiado. No encuentran objeción en que permanezca en el reino. Ahí mismo encuentra al ayuda de cámara de la reina, que fué compañero suyo siete años atrás. Cierto día se encuentra con la reina y su ayudante conversando. No le prestan atención al caballero por el rango subordinado que guarda, y escucha sin problemas su conversación. Se da cuenta de que la reina es feliz, y que no lo recuerda. Hasta ahí coinciden todas las versiones. El resto de la historia causa controversia. Una versión, ciertamente inverosímil, nos hace ver al caballero al servicio del reino durante un tiempo. Luego de una guerra, en la que el valor del héroe decide la victoria en el momento de menor esperanza, el rey muere. La reina y el caballero entonces se desposan, y van al reino de éste, del otro lado de un valle verde de esmeraldas cruzado por numerosos ríos. Como dije, esta versión es inverosímil. Otros cronistas narran otros sucesos. Luego del encuentro entre el ayudante y la reina, el caballero decide volver a su reino, que gobierna con justicia durante muchos años. En esta versión el reino está después de siete montañas de oro. También se cuentra otro desenlace, ciertamente inquietante. El caballero se retira siete noches en una torre. Al final de la séptima recuerda sus juramentos. Decide que la reina no es la princesa, sino su prima con quien alababan su sorprendente parecido. Nunca se habían visto pero se llamaban igual. El caballero repara que todo en ellas es idéntico, excepto su risa. Rara vez  oye reír a la reina, pero ciertamente no es la risa de la princesa que escuchó en la oscuridad de un pasillo. Resuelve continuar su búsqueda y parte al amanecer. En el camino cruza tres montes. Sus nombres se han perdido, pero se les puede llamar Desdén, Misericordia y Olvido. Al final se encuentra una montaña blanca, que tarda siete semanas en remontar. Al llegar a la cima, sus ropajes están hechos jirones, su figura es famélica. Ahí encuentra un mar de zafiro oriental, y junto al mar una barca. Decidido a seguir su destino, el caballero parte hacia donde surge el sol.

J. L. B., Ficcionario

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Many Manito Manuel..ya sabes que te quiero muchísisisisismo eh?? No lo olvides... tu amiga, el pecado capital no. 5..jajajaja!