jueves, 10 de septiembre de 2009

Madrigal

Ojos claros, serenos,

si de un dulce mirar sois adorados,

¿Por qué, si me miráis, miráis airados?

¡Ah, tormentos gracios!

Si cuando más graciosos, 

más bellos parecéis a aquel que os mira

no me miréis con ira, 

por que no parezcáis menos hermosos.

¡Ah, tormentos rabiosos!

Ojos claros, serenos,

ya que así me miráis

miradme al menos


Gutierre de Cetina