si de un dulce mirar sois adorados,
¿Por qué, si me miráis, miráis airados?
¡Ah, tormentos gracios!
Si cuando más graciosos,
más bellos parecéis a aquel que os mira
no me miréis con ira,
por que no parezcáis menos hermosos.
¡Ah, tormentos rabiosos!
Ojos claros, serenos,
ya que así me miráis
miradme al menos
Gutierre de Cetina
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